LA MIRADA DEL OTRO. ESCENARIOS PARA LA DIFERENCIA | WORLD PRIDE EN EL MUSEO DEL PRADO


"El Cid"  Rosa Bonheur 1879
Son muchos los itinerarios que el visitante puede tomar al visitar el Museo del Prado: obras maestras, pintura flamenca, veneciana, española, artistas, escultura... el Prado no deja nunca de sorprender.
Desde el 14 de junio y hasta el 10 de septiembre, propone un nuevo recorrido, abre una ventana de aire fresco, sin tabúes ni restricciones; nos invita a contemplar la realidad histórica de las relaciones sentimentales entre personas del mismo sexo y de las identidades sexuales “no normativas”. Esta nueva mirada es: “LA MIRADA DEL OTRO. ESCENARIOS PARA LA DIFERENCIA”. Y es que, como bien apunta el director de la Pinacoteca Miguel Falomir: “el Museo tiene la obligación de dar cabida a todas las sensibilidades” con exposiciones así quiere “desterrar el prejuicio que ha afectado a ciertos artistas por tener una sexualidad distinta a la mayoritaria”.
Avales historiográficos le sobran a tal proposición, la consideración de muchos artistas y de coleccionistas ha quedado marcada a lo largo de la historia por su identidad sexual. A través de 30 obras: pinturas, esculturas y dibujos, el Museo pone el foco en un una nueva perspectiva, que aunque lejos de crear polémica y discusión, pretende dar visibilidad  y normalidad a una opción que ha pasado inadvertida en algunas ocasiones, perseguida en otras y negada en la mayoría de los casos. El recorrido de su controversia a lo largo de la historia se plasma perfectamente en las manifestaciones artísticas: desde el permitido amor entre iguales del mundo clásico, la persecución en la era cristiana, aceptación de  la existencia de “personajes raros” en la edad moderna, o la hipocresía de una sociedad pseudo intelectual que aceptaba esta alternativa solo en el plano literario o mitológico y que llegaba a constituir un entretenimiento afectivo de los personajes influyentes.
Se incluyen en el recorrido, obras muy conocidas dentro de la colección del Prado: el grupo escultórico Orestes y Pílades de la Escuela de Pasiteles; el Rapto de Ganímedes de Rubens; la pieza de bronce Hermafrodito de Matteo Bonuccelli, que había sido adquirido por Velázquez para Felipe IV hecho que explica que comparta escenario con Las Meninas; David con la cabeza de Goliat de Caravaggio; La siesta de Alma Tadema, que fue donado al Museo por el cónsul de España en Niza Ernest Gambart, quien tuvo que renunciar a su carrera diplomática por ser acusado de homosexual, o los cuadros mitológicos de Botticcelli. A través de ellos, ponemos nuestra mirada a las relaciones homosexuales a lo largo de la historia y cómo han sido tratadas en el arte.

"Hermafrodito" Matteo Bonuccelli 1652
Son cuatro los recorridos que el Museo propone para disfrutar de esta MIRADA DEL OTRO:
-AMISTADES INMORTALES: se reflejan las relaciones dentro del mismo sexo desde un prisma mítico admitido por la Historia en la Antigüedad clásica rendida a la libertad y a la inocencia y que se convierte en la génesis del inicio de una identidad alternativa. Amores masculinos en la antigüedad como el de Orestes y Pílades, Harmodio y Aristogitón, Antinoo y Adriano...

                                 "Orestes y Pilades" o "El grupo de San Ildefonso" Escuela de Pasiteles
El abrazo de los dos efebos fue interpretado como signo de amistad y amor fraterno. 

"Antinoo", Taller romano
Adriano divinizó a Antinoo e instituyó un culto a su persona. 

"La siesta" o "Escena Pompeyana" Lawrence Alma-Tadema, 1868
-PERSEGUIR LOS DESEOS: donde se plasma la persecución que artistas y obras de arte han sufrido a lo largo de la historia debido a su orientación  que se entendía alejada de la moral de la época. Persecución que en muchos casos consistió en una verdadera “caza de brujas”, siendo sometidos artistas como Botticelli, Cellini, Caravaggio o Da Vinci a juicios morales.

                                                                "David vencedor de Goliat" Caravaggio, hacia 1600


                                                                                 "San Sebastián", Guido Reni, 1617-1619

                                                                              "Hipomenes y Atalanta" Guido Reni, 1625
Las obras de Guido Reni fueron acusadas de un alto nivel homoerótico (El concepto "homosexual" no aparecerá hasta el siglo XIX). Su "San Sebastián" fue retocado por orden de la reina Isabel de Farnesio, "Hipomenes y Atalanta" fue retirado del Alcázar a petición de Carlos III por el "amaneramiento" del muchacho al rechazar a la joven, hecho que hay que agradecer ya que de esta forma pudo salvarse del incendio que asoló al edificio.



                              "Escenas de la historia de Nastagio degli Onesti", Sandro Botticelli, 1483
Sandro Botticelli fue acusado a un juicio público en la plaza de Florencia, de haberse acostado con un joven; fue declarado inocente, pero el hecho le llevó a creerse culpable de malas acciones llegando a autocensurarse y a quemar muchas de las obras de corte clásico que le podrían llevar a otros deseos. 
-ENGAÑOSAS APARIENCIAS: la indisciplina a la normativa del cuerpo, ejemplos de travestismo o intercambio de roles de género, tienen ejemplo en el hermafroditismo de las mujeres barbudas tanto de Ribera como de Sánchez Cotán.

"Magdalena Ventura con su marido" José de Ribera, 1631
-AMAR CON LOS DIOSES: donde se agrupan obras de carácter mitológico destinadas al ámbito privado y reservados al poder y a la autoridad con la doble moral tan arraigada en la sociedad de que solo ellos podían ver lo que estaba prohibido a los demás mortales. La Torre de la Parada disfrutó de una decoración protagonizada por los amores de los dioses que aunque bien vista en el arte cortesano no podía ni imaginarse en la sociedad real. 


                                                     "El rapto de Ganímedes" Pedro Pablo Rubens, 1636-1638
-La exposición termina con la puesta en escena de dos obras que aunque pertenecen a la colección del Prado no se exponen habitualmente, y  que enlazan perfectamente con el tema de la diversidad. En primer lugar  por la autora: Rosa Bonheur, pintora francesa que llegó a pedir un "permiso de travestismo" para poder llevar pantalones ya que era una prenda reservada para los hombres y así poder visitar las ferias de ganado y adentrarse a la naturaleza salvaje,  habituales en su obra, donde la sumisión no cabe en su concepción emocional. Y es que, ni siquiera la homosexualidad es concebida de manera igualitaria cuando se trata de mujeres o de hombres. Si en la Grecia clásica las relaciones entre varones eran consentidas, no era así en la visión entre las mujeres consideradas irracionales. Y por último, por su iconografía: “El maricón de la Tía Gila”, un dibujo de Francisco de Goya. Goya da visibilidad a lo que hasta ahora, se silenciaba en la sociedad, dándole nombre y "normalizándolo".

"El maricón de la Tía Gila", Francisco de Goya
Además del recorrido de la exposición, se puede asistir a visitas guiadas así como a dos conferencias clave: el pasado 18 de junio que tuvo lugar la primera conferencia bajo el título: “Masculinos y clásicos. Homoeróticos en la colección del Museo del Prado” a cargo de Juan Antonio González de la Universidad de Salamanca, y la que se impartirá el próximo 25 por José Luis Díez de Patrimonio Nacional: “De la atracción consciente al deseo inconfesable: la fascinación por lo masculino en los pintores académicos del siglo XIX”.



Realizado por Marián Herrero

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