PRIMITIVISMO Y VANGUARDIA DE MIQUEL BARCELÓ | EXPOSICIÓN "EL ARCA DE NOÉ" EN SALAMANCA
Miquel Barceló (nació en Felanitx, Mallorca el 8 de
enero de 1957), es uno de los artistas españoles más reconocidos
internacionalmente. Su obra “El Arca de
Noé” ha arribado en Salamanca (27 de
abril-1 de octubre), como conmemoración del VIII Centenario de la Universidad.
Conozcamos a Barceló. Se le considera, por encima de
todo, autodidacta. De su madre (también pintora) heredó el interés por la
pintura. En 1974 viajó a París donde conoció a Paul Klee y a Dubuffet de quien
recibe influencias del ArtBrut.
"El verdadero arte siempre
está donde no se le espera. Allí donde nadie piensa en él ni pronuncia su
nombre. El arte odia ser reconocido y saludado por su nombre. Se escapa
enseguida. El arte es un personaje apasionadamente enamorado del incógnito. En
cuanto alguien lo descubre, lo señala con el dedo, entonces se escapa dejando
en su lugar un figurante laureado que lleva sobre sus hombros una gran pancarta
en la que pone ARTE, que todo el mundo rocía enseguida con champaña y que los
conferenciantes pasean de ciudad en ciudad con un aro en la nariz. […]¡ El
verdadero señor Arte no hay peligro de que cargue con una pancarta! Por ello
nadie lo reconoce".
Dubuffet
Cuando regresa a Mallorca, tomará clases de dibujo y
modelado en la Escuela de Artes Decorativas e ingresa en la Escuela de
Bellas Artes Sant Jordi de Barcelona poco tiempo después. A pesar de sus estudios
es cierto que se le imputa un marcado estudio personal, autodidacta, conociendo
todo tipo de arte y explorando de manera incansable nuevas técnicas. De hecho,
toma influencia de Mark Rothko, Jackson Pollock, Willm De Kooning, Lucio
Fontana, Joan Miró en sus temas de animales con un marcado expresionismo,
Antoni Tàpies, pero también buscando inspiración en la tradición academicista de
Velázquez, Tintoretto o de Rembrandt. Si tomamos una coctelera y añadimos los
ingredientes de la pintura barroca, del expresionismo abstracto norteamericano,
el Arte Povera italiano, Action Painting, Arte conceptual, o la técnica del
dripping, añadimos trabajo incansable, experiencias, mucha ilusión por el arte
y tendremos la obra de Miquel Barceló.
“La pintura tiene una vida propia, yo trato de dejar
que aflore”
Jackson Pollock
Barceló participó en los “happenings” (provocación-participación-improvisación) y en las
acciones protestas del grupo Taller Llunàtic (l’art de l’acció). En este
espíritu nace su concepto de lo efímero en el arte, colocando lienzos a la
intemperie donde, inevitablemente son objeto de reacciones físicas y químicas,
asistiendo a la oxidación, cuarteamiento y degradación orgánica,
experimentación totalmente extraída de la naturaleza.
Sería ya en los años 80 cuando trabajó la figuración y
los motivos zoomórficos, realizados en papel y cartón; y en París recreará
autorretratos y varias series de naturalezas muertas. Y es que la naturaleza,
sin duda, siempre ha estado presente en su obra. Naturaleza entendida como el
paso del tiempo, el origen, el final, el infinito. Y su máximo referente: el
Mediterráneo.
“Para que pintes de azul sus largas noches de
invierno. A fuerza de desventura tu alma es profunda y oscura. A tus
atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos”
Joan Manuel Serrat
Barceló es el artista del primitivismo, brutal ¿Cómo
se puede ser tan barroco y minimalista a la vez? En él, el arte nace y muere en
cada parpadeo, nos ayuda a avanzar y al mismo tiempo nos retrotrae al origen. Es
el pintor del arte prehistórico. Barceló formó parte del comité científico en
las reproducciones de las pinturas de la cueva de Chauvet, en Ardèche (Francia).
En palabras del artista: “...me hizo
entender la historia del arte de un modo distinto. Chauvet forma parte del arte
que no somos capaces de entender”.
Cuando en 1981 participa en la Bienal de Sao Paulo y un
año más tarde en
la Documenta de Kassel VII, Barceló saldrá a la esfera
internacional y su reconocimiento público será evidente llegando a obtener en
1986 el Premio Nacional de Artes Plásticas, reconocimiento que se ratificará
con la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en el 2003.
Sería ya a finales de los 80 cuando experimente su
obra paralela a la arquitectura, y lo hará en tres intervenciones magistrales:
para la cúpula del vestíbulo del teatro
Mercat de las Flors en Barcelona; para la decoración de la Capilla de Sant Pere o del Santísimo en la Catedral de Palma de
Mallorca en la que destaca el mural cerámico de 300 metros cuadrados donde
Barceló representa un Cristo liberado de la cruz y rodeado de temas vegetales y
marítimos; y por último en la cúpula de
la sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones para
la sede de la ONU en Ginebra en el 2008, considerada por muchos como la capilla
sixtina del siglo XXI. Se trata de una cúpula de 1400 metros cuadrados de la
que cuelgan 35 toneladas de pintura en forma de estalactitas evocando a una
cueva y al mar universal. En ella, Barceló llega a experimentar el llamado Xtreme Gotelé, donde considera pintar
contra la gravedad: “la cueva es una
metáfora del ágora, el primer lugar de reunión del ser humano, el gran árbol
africano bajo el que sentarse a hablar y el único futuro posible: diálogo, Derechos
Humanos”.
Barceló en un artista incansable, trabaja todos los
soportes y cualquier cosa que le haga experimentar. En los años 90 se ocupa en l’atelier aux sculptures, a caballo
entre escultura y pintura. Realiza también ilustraciones de libros (La catedral bajo el mar; La Divina Comedia de Dante Alighieri);
cuadernos de arte..., y cómo no, cerámica primitiva. También realiza escenografías
(El retablo de Maese Pedro de Manuel
de Falla para el Théâtre National de l’opera-comique de Paris, donde recrea
decorados, vestuarios, marionetas; El
rapto en el Serrallo de Amadeus Mozart para el Festival d’aix-en-Provence...);
portada de discos (Potro de rabia y miel, de Camarón de la Isla). Incansable.
La exposición que viene a Salamanca comenzó con la
visita que el Rector de la Universidad, Hernández Ruipérez, hizo al artista en
su taller de París para encargarle el logo de la conmemoración del VIII
Centenario de la Universidad.
Cuenta con una muestra de 80 obras realizadas en
distintas técnicas (escultura, cerámica, dibujo, performance), que hacen un
recorrido cronológico de la obra del artista en las que se puede apreciar sus
cambios, avances y experimentaciones técnicas, y que están situadas en
distintos emplazamientos de la ciudad charra.
Así, en la Sala de exposiciones del Patio de Escuelas se muestran 26
acuarelas que Barceló realizó entre los años 2001-2003 para ilustrar la Divina
Comedia; o también las “¡14 allumettes!”
del 2015 que forman un bosque de cerillas usadas de bronce.
En la Hospedería
Fonseca, podemos presenciar obras realizadas entre el 2009 y el 2016 de
temática muy variada: naturalezas muertas, paisajes con frutas y verduras,
pinturas blancas, otras con fondos marinos, y pinturas animales donde, una vez
más, nos evoca al arte rupestre.
En la Capilla del Colegio
Arzobispo Fonseca aparece el lienzo que le da nombre a la exposición “El
Arca de Noé”, además de cerámicas de su obra más reciente.
En el Patio del Palacio
de Anaya se presentan también varias esculturas. Es en la Plaza Mayor donde está ubicado el Gran
Elefant Drent, obra de 2008 en la que aparece un elefante de 7 metros de altura
haciendo un equilibrio circense sobre su trompa y que ya ha sido expuesto en Barcelona,
Madrid o Nueva York.
Vanguardia y primitivismo se unen en Barceló en una ciudad donde palpita la tradición y la ciencia.
Realizado por Marián Herrero
Comentarios
Publicar un comentario