LA PIEDAD DEL VATICANO | LA PERFECCIÓN DE UN GENIO
“La perfección no es cosa
pequeña pero está hecha de pequeñas cosas”
Nos preparamos para vivir la Pasión de Cristo. En la Historia
del Arte son muchos las obras que recogen el mayor de los acontecimientos de la
historia de la humanidad y de los creyentes. Comenzaremos recogiendo la
bellísima obra de “La Piedad” del hombre del Renacimiento por antonomasia:
Miguel Ángel.
Miguel Ángel Buonarroti (Michelangelo), nació en 1475 en Caprese y murió en 1564 en
Roma. Como artista del Renacimiento, trabajó en diferentes medios artísticos, fue pintor, arquitecto, pero él sobre todo se consideraba escultor.
Si hay algo que define sus obras es la cualidad de la terribilità, una forma de ser del
artista, difícil, neurótico, asocial y violento, que trascenderá en la
plasmación de su trabajo. Esa personalidad le hará también convertirse en un
verdadero genio.
“La Piedad” (Capilla del Vaticano) es su
obra maestra de juventud, la realizó cuando sólo contaba con 23 años de edad. Se
trata de un tema que ya se había realizado en el arte gótico, y que Miguel
Ángel repetiría en otras ocasiones (Piedad Florentina, Piedad Palestrina,
Piedad Rondanini), plasma el momento del descendimiento de Jesús, que es tomado en el regazo de su madre, María,
sentada en una roca del monte Gólgota. Si
bien en otras ocasiones la Virgen aparece con dolor, en esta Piedad, el artista
nos reconforta al mostrarnos una madre resignada, sabedora de la magnitud del
suceso, el sacrificio de Jesús a la Humanidad. Podemos entrever la melancolía
en su rostro recordando, seguramente, la primera vez que tuvo a su hijo en brazos.
Piedad, Gótico-Germánico 1406-15, Alabastro esculpido, policromado.
Museo Nacional de Escultura Valladolid
Tríptico gótico-flamenco, 1480-90, "Maestro de la leyenda de Santa Lucía"
La obra se encuadra dentro del Cinquecento donde las premisas
del Renacimiento: herencias grecolatinas, humanismo... quedan ya afianzadas. Miguel Ángel,
tomará la fuente del clasicismo, si bien poco a poco se alejará de él para
trabajar los sentimientos trágicos llegando al manierismo, anatomías hercúleas,
formas desgarradas..., fruto tanto por la aparición del Laocoonte helenístico
tras las excavaciones arqueológicas, como también por la mayor angustia que
vive en su interior que dejará patente en un mayor expresionismo en las obras.
El paso como centro artístico de la ciudad de Florencia a Roma, después del Quattrocento supondrá
también un relevo de los principales mecenas. En el Cinquecento Roma aglutinará
a los principales artistas Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, bajo la tutela del
Papado.
Técnicamente, “La Piedad”, está realizada con mármol de Carrara
y destaca por el intenso pulido que hace que la luz pueda resbalar por la
superficie de los cuerpos. Al ser una de sus primeras obras, la composición con
la que está concebida es clásica: piramidal, con el vértice en la cabeza de la
madre, de donde se disponen una serie de líneas que forman un triángulo
equilátero dando estabilidad a la obra. Por una parte, las telas y el cuerpo de
Cristo caen hacia la izquierda del espectador, mientras que el suave controposto de la cabeza de María, hace
que se equilibre hacia la derecha. A su vez, la mano izquierda de la Virgen
traza una línea paralela al brazo derecho de su hijo.Por su parte, los pliegues de los mantos son excepcionales dando
un acabado rotundo en la obra.
Miguel Ángel, La Piedad (detalles)
Habitualmente se pone de manifiesto las incongruencias que puede
plantear: por un lado al hablar de las figuras un tanto desproporcionadas, ya
que la figura de la Virgen, si se pusiera en pie, sería mucho más grande que la
de Jesús, pero este hecho no es fortuito ni mucho menos un defecto, el artista
lo hizo así para dar más armonía y estabilidad al recoger María el cuerpo de su hijo.
Por otra parte, la escultura representa una madre y un hijo, y sin embargo
Miguel Ángel los retrata a los dos como jóvenes. Este hecho se resolvería con
una explicación teológica, si tenemos en cuenta que María además de madre,
sería una hija de Dios.
Realizado por Marián Herrero
¡Plas,plas,plas,plas... (aplausos)!
ResponderEliminarGracias Jesús!!! Seguiremos con los genios y sus genialidades
EliminarAlgo muy importante relativo a esa obra se les ha escapado. Pero no voy a decirlo, ya que quien se atreva a hablar de la Piedad debería saberlo.
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